...blog literario de rubén rojas yedra

lunes, 7 de marzo de 2016

Víctor Lorenzo Cinca (1980, Balaguer, Lleida, ESP)

Cánsate conmigo

No puedo quedarme collado: me gastas. Quiero hacer el humor contigo, que fallemos como animales. Y luego, si quieres, nos coseremos. Y haremos un viejo, donde tú profieras. Jamás me iré de tu lodo, por muy mal que lo posemos. Veremos la tela de plasma, tarados en el sofá, enlozadas las monas. Dedicaré mi veda a hacerte falaz. Y tendremos un ojo, o dos, y procuraremos que cometan los mismos horrores que nosotros. No te quedes ahí parada. Ven. Sógame. 


Memeces

Me miras pero no me ves. Me oyes pero no me escuchas. Me hablas pero no me dices. Me muestras pero no me enseñas. Me quieres pero no me amas. Me marcho. Sin peros.


Preposición indecente (De antología, 2013)

Tras cerrar el último bar, ya de madrugada, me propuso subir a. Estás en tu casa, no voy a hacer nada que no quieras, me juró ante. Nos desnudamos con prisa, nos metimos en la cama y nos buscamos bajo. Me agarró del brazo cuando me vio abrir el cajón de la mesita situada cabe. No quiero hacerlo con, dijo muy serio. Yo me negué, pero me acorraló contra. Nunca imaginé que fuera capaz de, porque nos conocíamos desde, cuando nos conocimos en. Gemí de dolor, de rabia, atrapada entre. Tuve que apartar la mirada y dirigirla hacia, mientras me preguntaba hasta, sin entender sus motivos para. Le supliqué que se detuviera, por. Pero él continuaba actuando según. No pude zafarme de él hasta que quedó agotado, exhausto, sin. Mientras se vestía, me aconsejó no contar lo ocurrido a nadie, so. Se oyó un portazo y me quedé sola, llorando, tendida sobre. Aún me cuesta encontrar las palabras para explicar cómo me siento tras.


Lunático (Llamara(u)das, 2013) 

Ícaro aplazó el vuelo hasta la noche.


Sin falta 

Mi primera novia, a los quince, fue Rosa, una jovencita frágil y delicada. Una pena que nuestro amor efímero se marchitara en un solo verano. Después, en la facultad, estuve con Remedios, estudiante de farmacia, con quien todo fue de maravilla hasta que descubrí su enfermiza hipocondría. Más tarde conocí a Bárbara, una Erasmus de rasgos exóticos, con la que muy a mi pesar no congeniamos; parecía que habláramos idiomas distintos y pese a estar juntos todo un curso, jamás nos entendimos del todo. Tras el verano vino Inmaculada, con la que lo pasé muy bien hasta que empecé a frecuentar más de la cuenta su piso de soltera, aséptico hasta la náusea. Luego apareció en mi vida Nieves, la chica del pueblecito de montaña, de muy fácil convivencia, pero muy fría en la cama. Eso nos distanció. Con Ángeles, mi siguiente relación, fue peor porque jamás tuvimos sexo. Pilar fue mi apoyo tras la ruptura, pero se cansó de soportar siempre sola el peso de la pareja y acabó marchándose. Luego conocí a Clara, preciosa y transparente, pero decía las verdades a bocajarro, y su modo de hablar sin rodeos me ofendía con frecuencia. Con Paz, mi última novia, no hubo ningún problema, ninguna discusión. Seguramente por eso lo dejamos. Hace cuatro o cinco semanas conocí a Concepción. Nos casamos el mes que viene. Sin falta.


Abecé diario

Alarma, bostezo, café chutado, ducha. Empezamos: facebook, gmail, hotmail. Infojobs, jaqueca, kleenex. Lástima. Macarrones, noticias, ñus. Otros proyectos quiméricos. Retirada. Sofá, tele, un viejo western xenófobo yanqui. Zzzz.


Más sobre Víctor Lorenzo Cinca:

Blog personal: Realidades para lelos

Su primer libro de relatos: Cambio de rasante (Editorial Enkuadres, 2016)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario...